PERDER O GANAR NO TIENE IMPORTANCIA, LO IMPORTANTE ES JUGAR FUERTE, LIMPIO Y DIVERTIRSE (Alfred Mills, fundador del Athletic de Bilbao)

miércoles, 28 de septiembre de 2016

INVICTUS


Como si se tratara del equipo de rugby de la Sudáfrica de Mandela, nuestro Aretxabaleta continua con paso firme sin conocer la derrota. Esta vez la víctima fue el Ordizia, superado por  un equipo formado por Castellanos, Gartzi, Etxabe, Arri, García, Piru, Eraña, Rodrigo, Sánchez, Ander y Arizmendi. Los goles los hicieron Eraña y Zaitegi, antes del final el equipo local redujo el marcador para el definitivo 1-2.Ahora la UDA comparte liderato con otro histórico, el Mutriku, que también ha ganado sus tres partidos.

Es interesante que Vélez de Mendizábal allá encontrado su once tipo, un equipo de momento solido defensivamente y que roza una media ofensiva de 2 goles por partido. Los suplentes también empiezan a aportar, me alegra especialmente el primer gol de Julen Zaitegi, el delantero de Mondragón ha sufrido un calvario con su grave lesión, esperemos que todo sea un mal recuerdo ya que de estar en forma es uno de los grandes artilleros de la categoría.

 

EL RENACIDO

La UDA me está sorprendiendo por su capacidad de superación, no es fácil asumir un descenso, lo normal cuando un oso enorme te aplasta es pensar que has palmado, lo difícil es levantarse de nuevo como DiCaprio en el film El Renacido. Pero lo importante es superar el pasado y mirar hacia adelante, y la plantilla celeste ha demostrado entereza en los malos momentos y esta nueva temporada quieren demostrar su valía.

Hablando de resistir y volver a levantarse me viene como anillo al dedo un poema del británico William Emts Henley. Aunque es más conocido por ser la oración del preso 46664 de la prisión de Robben Island, el recordado Nelson Mandela. Pero además, inspiró al capitán de la selección sudafricana de rugby, con su fuerza el equipo superó todas las expectativas y se proclamo campeón del mundo. Este es mi regalo para nuestros chicos, FUEZRA Y HONOR.

En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.

En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.

Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.

Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.

No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.

Ya no importa cuán recto haya sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:

Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.

William Ernts Henley

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