PERDER O GANAR NO TIENE IMPORTANCIA, LO IMPORTANTE ES JUGAR FUERTE, LIMPIO Y DIVERTIRSE (Alfred Mills, fundador del Athletic de Bilbao)

lunes, 9 de diciembre de 2013

POR LA UDA Y MANDELA


"La grandeza de la vida no consiste en no caer nunca, sino en levantarnos cada vez que caemos"

Nelson Mandela

 

Otro fin de semana que el equipo vuelve a Aretxabaleta sin puntos, ahora volvemos a estar en uno de esos momentos críticos, aficionados asistentes al partido comentaron que el equipo sigue sin rumbo, sin confianza y que todavía no se atisban rayos de luz que iluminen  el camino para salir de la zona peligrosa, pasan los partidos y seguimos todavía con dos victorias en nuestro haber. A priori el equipo debería ser fuerte ya que cuenta con una de las mejores delanteras de la categoría, pero no es suficiente, porque el equipo no demuestra esa solidez necesaria a la hora de defender, no han encontrado el equilibrio ataque -defensa y los jugadores en estado de ansiedad pierden los nervios y corren sin sentido. Esta vez los puntos se los quedo el equipo local, el Berio, que venció por 2 a 0.

La UDA necesita nuestra ayuda más que nunca, necesita a la afición para que los jugadores se sientan arropados y que jugar en Ibarra sea una ventaja, necesitamos un fortín para rehacer al equipo, necesitamos inspiración, una idea que seguir. Por eso he traído hoy una historia luminosa, de actualidad, que tiene que ver con un hombre que demostró ser capaz de enfrentarse a las adversidades, ejemplo de que los sueños se pueden hacer realidad. Seguramente todos sabeis que estoy hablando de Nelson Mandela, revolucionario sudafricano que murió a los 95 años de edad, consiguió acabar con el apartheid. ¿Pero qué tiene que ver con el deporte?.

Bueno, pues Mandela tras pasar 28 años encarcelado, por resistencia ante el gobierno segregacionista, tuvo una idea arriesgada para conseguir la unión de blancos y negros. En 1995, un año después de ser elegido presidente, se disputaría el Mundial de rugby en Sudáfrica, era el momento para crear unidad en torno a la selección nacional. Pero había un problema, el rugby en este país africano era uno de los símbolos de la población blanca, las personas de origen europeo, muchos de ellos descendientes de aquellos granjeros holandeses que llegaron en el siglo XVII, además de la religión protestante, el idioma y la bandera era algo inamovible para ellos.

En cambio los africanos, los negros, brutalmente apartados de la sociedad en la que tenían restringido el acceso a algunas ciudades, barrios, parques, medios de transporte etc. Evidentemente ante los ataques que tenían que soportar odiaban todo lo que tuviera que ver con los blancos, evidentemente tampoco soportaban el rugby. Además eran católicos, tenían su propia bandera (que estaba prohibida) y hablaban la lengua zulú, su deporte favorito era el fútbol, e incluso su participación en la Liga Nacional estaba prohibido, sólo jugaban blancos.

El líder sudafricano no lo tuvo nada fácil, pero estaba convencido de que unos jugadores comprometidos podrían hacer el milagro, conseguir lo que la política no había conseguido. Por eso se puso en contacto con el capitán de la selección de rugby, consiguió de François Pienaar que los jugadores se implicaran en su idea, tanto que consiguió que aceptaran la nueva bandera y sobre todo que cantaran el nuevo himno, aquella canción que años atrás se cantaba en las manifestaciones, un grito de libertad.

Hasta que llegó el mundial, tanto los jugadores como el propio presidente Mandela tuvieron que aguantar mucha presión, pero por fin llegó el momento en la que se vería si la idea de unión iba a tener sentido, si el rugby iba a ser aceptado por la población negra. Los expertos como mucho apostaban que el equipo sudafricano sólo tenía posibilidades de alcanzar los cuartos de final. Pero poco a poco empezaron a llegar las victorias, en principio contra equipos más accesibles, los negros viendo que el equipo avanzaba, empezaron a ver con cierta simpatía a la selección de rugby, muy pronto se presentaron en semifinales, rompiendo todos los pronósticos. Jugaron contra Francia y curiosamente consiguieron la victoria, aquel día la población negra celebró la victoria como suya, aquel equipo vestía la camiseta verde que tanto odiaban pero aquellos blancos cantaban su himno de resistencia bajo la nueva bandera, la suya, la de Sudáfrica.

En la final, tuvieron que jugar contra uno de los mejores equipos que ha existido, la selección de Nueva Zelanda, ya sabéis, esos que cantan un himno guerrero. En aquel partido todo el mundo estaba expectante, seguramente habéis visto la película, el momento cumbre fue cuando Nelson Mandela apareció en el estadio con la camiseta verde y el público, el 95% blancos, corearon el nombre de su presidente, ya tenían una idea, una inspiración para conseguir una gesta casi imposible. CONSIGUIERON LA VICTORIA.

Puede parecer una tontería lo que quiero decir, pero nosotros, la afición de la UDA, podemos conseguir un efecto positivo en el equipo, podemos ser la chispa que haga recuperar el espíritu de equipo, devolverles la inspiración que necesitan. Para eso tenemos que ser positivos, aplaudir  en cada partido y tratar de no criticarles demasiado, ahora necesitan sentirse arropados. Tienen que saber que estamos ahí, en la grada, a pie de campo, que estamos con todos, desde el portero hasta el último jugador.

AÚPA UDA,

QUE LA TIERRA TE SEA LEVE MADIBA

 

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