La UDA suma y sigue en su visita a Oñate, parece que Gorka
se decidió de nuevo por un 11 inicial muy parecido al habitual, que tan buen
resultado le sigue dando con Castellanos, Gartzi, Arri, Etxabe, Amutxastegi,
Haritz, Badillo, Imanol, Sánchez, Pérez y Zaitegi. El resultado final fue de 0
goles a 2, un resultado inmejorable por
dos motivos, por un lado porque se trata de un campo complicado con bastante
afluencia de público y por otro lado se empieza a abrir una pequeña brecha
entre los puestos de descenso, el
Aretxabaleta se sitúa en la posición número 12 a cuatro puntos del descenso. De
todas maneras hay que seguir trabajando fuerte, es tal la igualdad de la categoría que tenemos la
quinta posición a la misma distancia que el descenso. La próxima jornada los
chicos de Valle jugarán contra el Hernani, un equipo que viaja 3 puntos por
debajo del Aretxabaleta pero con un partido menos, además los cruces de
partidos de la jornada son muy favorables de conseguir la victoria.
Por otro lado el REGIONAL volvió a casa con un empate de
Rentería, están situados sextos pero a tan sólo dos puntos del segundo
clasificado, todavía queda mucha tela por cortar pero el equipo está bastante
bien posicionado, esto es positivo siempre y cuando consiga sumar como
victorias los partidos de casa, el próximo contra el Gure Txokoa que cuenta con
la misma puntuación que el Aretxabaleta.
EL BAILARÍN DE PAPEL; EL FUTBOLISTA QUE DESAFÍO A LOS NAZIS
En Pasión Celeste prometí escribir desde un punto de vista
divertido, entretenido y alejado del trato comercial que se le da en ocasiones
al fútbol. Por eso extraigo una de esas hermosas historias que nos deja el
fútbol, un ejemplo de cómo este maravilloso deporte a veces escapa de las
garras de los poderosos y se convierte en un símbolo de igualdad, al fin y al
cabo en el terreno de juego los 22 jugadores son iguales, sólo cuenta su calidad,
no su raza, religión con tendencia política.
Lo que os traigo es la vida de un futbolista llamado Mathias
Sindelar, un futbolista austríaco de los años 20 y 30, para muchos desconocido
pero que fue considerado uno de los mejores delanteros de su tiempo, porque
para mi sorpresa Austria se convirtió en poco tiempo en uno de los mejores
equipos de entonces conocida con el sobrenombre de " Wundertean".
Sindelar, también conocido con el sobrenombre de
"Hombres de papel" o el "Mozart del fútbol" nació en la región
de Moravia en el año 1903, que todavía pertenecía al Imperio Austrohúngaro, por
aquel entonces las condiciones sociales era bastante difíciles para la
población en general, sufrían largas horas de jornada laboral y un deterioro
económico y político del imperio. Su vida desde muy niño fue bastante
complicada, cuando sólo tenía 14 años murió su madre por lo que tuvo que
empezar a trabajar para ayudar a su padre, se hizo cerrajero y se dedicó a
ganarse la vida en las duras condiciones de trabajo. Anteriormente en 1906 se
había trasladado a Viena donde le sería más fácil a su padre en contra de
trabajo.
Pero como todo niño después de las interminables horas de
trabajo, practicaba el fútbol en la calle con el resto de niños, un deporte que
llevaba muy poco tiempo instalado en Centroeuropa pero que ya empezaba a
conquistar a ciudadanos de muchísimos lugares, los ingleses habían extendido un
deporte maravilloso. En aquel fútbol callejero pronto destacó por su habilidad
y con tan sólo 15 años fichó por el Hertha
de Viena pero su indudable talento y su capacidad para desbordar adversarios le
llevó a fichar por el Austria de Viena al que convirtió el campeón de copa en
tres ocasiones. Desgraciadamente pronto llegó la Primera Guerra Mundial en el
año 1914, se detuvo toda la sociedad europea y también el fútbol.
Pero en 1919 apareció la figura de un entrenador llamado
Hugo Meisl, este hombre había sido el impulsor y primer seleccionador nacional
antes de la guerra pero su trabajo había sido interrumpido por la contienda.
Este hombre es considerado uno de los primeros en desarrollar nuevos sistemas
de juego, buscaba un estilo para convertir a Austria en una futura potencia
futbolística. Pronto contacto con un inglés llamado Jimmy Hogan, que entre los
dos tomaron como referente en "Estilo de fútbol escocés", aunque
parezca mentira consistía en jugar rastreando el balón con combinaciones
rápidas y directas, mientras que los ingleses jugaban al clásico
"patadón". Decidieron que su fútbol ofensivo se basaría en esas
ideas, plantear un esquema de juego innovador llamado WM en la que presionaban
muy fuerte la salida de juego del rival, para que luego diga Guardiola jajaja.
Desde la primera convocatoria de Sindelar, se convirtió en
el referente de la selección, entendió la perfección el papel que le pedía
Hugo, él tenía que ser el enganche entre el centro del campo y la delantera
aprovechando su gran habilidad para jugar de espaldas a la portería. Aquella
forma de jugar sorprendía a todos los rivales de la Wundertean así consiguieron
derrotar a equipos europeos poderosos, a Alemania le dieron dos auténticas
palizas (0 -6 y 5 -0), a Escocia le endosaron la primera derrota en el
continente por otra goleada de 5 a 0, en definitiva, consiguieron mantenerse
invictos durante 14 partidos hasta que en 1932 cayeron contra Inglaterra en
Londres pero sólo por un gol de diferencia en los últimos minutos (4 -0).
En el mundial de 1934, celebrado en Italia, ante la ausencia
de Uruguay (el último campeón) acudieron como uno de los equipos favoritos para
alzarse con el torneo, su novedoso fútbol le clasificó para la semifinal sin
mucho esfuerzo, pero todo héroe tiene un villano, el seleccionador italiano
amigo personal de Meisl preparó un sistema para bloquear el fútbol austríaco
haciéndole un férreo marcaje a Sindelar, que terminó lesionado el partido y
enfadado por la derrota. Italia perdió en la final contra Checoslovaquia pero
se convirtió en uno de los equipos más destacados de su época, ya que sus filas
jugaba un joven llamado Giuseppe Meazza, junto a Sindelar eran el Messi y
Cristiano de la época.
Lo cierto es que todo iba bien en
la ciudad del Danubio, hasta que Hitler empujado por su idea de la Gran
Alemania envió sus ejércitos y anexionó Austria por la fuerza. El país se
convirtió entonces en una mera región del Alemania nazi. Es bien sabido que
Hitler consideraba que el deporte podría ser un buen instrumento para demostrar
el paranoico poderío de la "raza aria". Lo primero que hicieron fue
sustituir a los encargados de la Federación por hombres de su confianza, su
primer objetivo sería limpiar el fútbol austríaco, de esta manera comenzaron a
perseguir a jugadores, técnicos y presidentes con antecedentes judíos. El
Austria de Viena, el equipo de nuestro protagonista, vio cómo su presidente era
perseguido por la Gestapo pero Sindelar nunca dejó de expresar la amistad que
tenía con el máximo dirigente del club.
La siguiente era acabar de un
plumazo con la Wundertean, Austria ya no era un país por lo que todo su
esfuerzo tenía que estar destinado a entregar sus mejores jugadores a la causa
nazi, algunos de ellos empezaron a ser llamados por el seleccionador alemán
pero el "Mozart del fútbol" se negaba a jugar con otra camiseta que
no fuera la de su país. El seleccionador insistía a los hombres de la
Federación de que quería contar que su equipo con la estrella austriaca pero
nunca lo consiguió. Pero los alemanes siguieron con su idea de acabar con la
selección del país conquistado y decidieron organizar un partido que sirviera
como despedida para el equipo de fútbol de Austria. Incluso convencieron a
Sindelar para que jugara el partido, los oficiales nazis acordaron con la
estrella que el resultado final tenía que ser de empate a 0 y el jugador pidió
que su equipo pudiera jugar con la indumentaria habitual, aceptaron jugar un
partido falso que demostrara la hermandad de los dos pueblos.
El partido se disputó en abril de
1938, un partido que no parece en los anales de ninguna Federación, el partido
comenzó con una enorme esvástica adornando el palco del estadio donde se
situaron los oficiales nazis, se saludó a la bandera y se escuchó el himno de
Alemania pero aquella "amistad" no saldría como se planeaba. Se dice
que Austria desde el primer minuto dominó el partido, nuestro protagonista se
paseaba por el terreno de juego y desbordaba a sus adversarios de una manera
humillante, se presentó muchas veces delante del portero pero siempre procuraba
fallar en el remate final. Hasta que en la segunda parte de tanto fallar goles
decidió que era el momento de desafiar a los alemanes, en una de aquellas
ocasiones marcó el primer gol del partido que los dirigentes observaron con
estupor, pero el público austríaco se levantó de sus asientos celebrando el
tanto. Unos minutos más tarde con el público empujando como nunca un compañero
de Sindelar marcó un zapatazo desde fuera del área y el partido se lo llevó a
Austria, incumpliendo el trato. El público enfervorizado aplaudía a sus
jugadores mientras el Bailarín de Papel ensayaba sus artísticos pasos en el
centro del campo, fue el final de una gran celebración.
Sindelar tras aquel partido
decidió retirarse del fútbol, lo cierto es que entonces ya estaba en el final
de su carrera y no deseaba servir en el equipo de Alemania. Reabrió un bar que
había sido propiedad de un judío en un barrio obrero de la ciudad, era muy
querido por el pueblo y no era raro verle por el barrio, los burdeles y las
tabernas. A la Gestapo no le gustaba la actitud del ex jugador y comenzaron a
vigilarle de cerca, no iban a olvidar fácilmente la humillación que habían
soportado sus dirigentes era que el partido de 1938.
En enero de 1939 los amigos de
Sindelar empezaron a preocuparse, hacía mucho tiempo que no aparecía por su
taberna y por el barrio, no era normal que un hombre tan popular estuviera
tanto tiempo sin dar señales de vida. Un día uno de sus mejores amigos decidió
acercarse a su casa para interesarse por su estado, su sorpresa fue que al
entrar se encontró los cuerpos de Sindelar y su novia tendidos en la cama, no
había signos de violencia. Las autoridades, títeres de los nazis, ventilaron
rápidamente la investigación, había sido un suicidio como monóxido de carbono.
La gente que conocía al jugador no admitieron nunca esta versión, que era un
hombre alegre muy querido por el pueblo y no entraba en las posibilidades que
se hubiera quitado la vida. Pudiera ser que el desafío al poder de los
invasores alemanes le costara la vida, es fácil que la Gestapo estuviera
involucrada en su muerte, pero nunca se sabrá.
En el camino al cementerio, el féretro
fue acompañado por 35,000 personas, había muerto uno de los mejores deportistas
austríacos del siglo XX. El pueblo no olvido las gestas del "Mozart",
que interpretó y bailó su propia sintonía en aquella tarde de 1938, cuando la
Wundertean desafío a la brutalidad nazi.