Como si se tratara del equipo de rugby de la Sudáfrica de
Mandela, nuestro Aretxabaleta continua con paso firme sin conocer la derrota.
Esta vez la víctima fue el Ordizia, superado por un equipo formado por Castellanos, Gartzi,
Etxabe, Arri, García, Piru, Eraña, Rodrigo, Sánchez, Ander y Arizmendi. Los
goles los hicieron Eraña y Zaitegi, antes del final el equipo local redujo el
marcador para el definitivo 1-2.Ahora la UDA comparte liderato con otro
histórico, el Mutriku, que también ha ganado sus tres partidos.
Es interesante que Vélez de Mendizábal allá encontrado su
once tipo, un equipo de momento solido defensivamente y que roza una media
ofensiva de 2 goles por partido. Los suplentes también empiezan a aportar, me
alegra especialmente el primer gol de Julen Zaitegi, el delantero de Mondragón
ha sufrido un calvario con su grave lesión, esperemos que todo sea un mal
recuerdo ya que de estar en forma es uno de los grandes artilleros de la
categoría.
EL RENACIDO
La UDA me está sorprendiendo por su capacidad de superación,
no es fácil asumir un descenso, lo normal cuando un oso enorme te aplasta es
pensar que has palmado, lo difícil es levantarse de nuevo como DiCaprio en el
film El Renacido. Pero lo importante es superar el pasado y mirar hacia
adelante, y la plantilla celeste ha demostrado entereza en los malos momentos y
esta nueva temporada quieren demostrar su valía.
Hablando de resistir y volver a levantarse me viene como anillo
al dedo un poema del británico William Emts Henley. Aunque es más conocido por
ser la oración del preso 46664 de la prisión de Robben Island, el recordado
Nelson Mandela. Pero además, inspiró al capitán de la selección sudafricana de
rugby, con su fuerza el equipo superó todas las expectativas y se proclamo
campeón del mundo. Este es mi regalo para nuestros chicos, FUEZRA Y HONOR.
En la noche que me envuelve,
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.
Ya no importa cuán recto haya sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:
Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.
William Ernts Henley
negra, como un pozo insondable,
doy gracias al Dios que fuere
por mi alma inconquistable.
En las garras de las circunstancias
no he gemido, ni llorado.
Ante las puñaladas del azar,
si bien he sangrado, jamás me he postrado.
Más allá de este lugar de ira y llantos
acecha la oscuridad con su horror.
No obstante, la amenaza de los años me halla,
y me hallará, sin temor.
Ya no importa cuán recto haya sido el camino,
ni cuantos castigos lleve a la espalda:
Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma.
William Ernts Henley